Los interrogatorios policiales que obran en el sumario de la causa revelan que miembros de sindicatos y comité de empresa de ESABE habrían recibido trato de favor mientras tenían conocimiento de los pagos en dinero negro a sus trabajadores.
Los interrogatorios policiales llevados a cabo durante el último año en el marco de la investigación al grupo ESABE revelan que miembros de sindicatos y del comité de empresa podrían haber estado recibiendo trato de favor de la cúpula directiva, mientras tenían conocimiento de presuntas irregularidades como masivos pagos en 'B' a sus trabajadores. Una coordinadora de la división de seguridad de la empresa declaró ante la policía que el comité de empresa "estaba al tanto" y que durante aquellos años los sindicatos "tenían metido en nómina un plus al que los empleados llamaban 'el Plus del Corrupto', una manera de tenerlos contentos".
Los interrogatorios incluidos en el sumario del 'caso ESABE' revelan el control que la dirección de la empresa ejercía sobre los únicos agentes que podrían haber plantado cara a las supuestas irregularidades que se habían estado cometiendo desde hace años: el comité de empresa y los sindicatos. Durante una batería de interrogatorios realizados por la policía a lo largo del año pasado, casi una decena de trabajadores y cargos medios del grupo ESABE afirmaron que los sindicatos y miembros del comité de empresa estuvieron recibiendo trato de favor de la directiva "para tenerles contentos y que firmaran lo que quisieran". Otros tantos, niegan saberlo de primera mano pero sí reconocen que esta situación era "vox populi" en la empresa. Presuntos sueldos especiales y gratificaciones afloran en los interrogatorios, denunciadas por la formación Unión Sindical Obrera (USO), que ejerce la acusación popular en este procedimiento.
En su declaración ante el Grupo Operativo de Fraudes de la policía, el que fuera responsable de seguridad en el Ministerio de Igualdad afirma que los miembros de sindicatos y comité de empresa estaban al tanto de los pagos en dinero negro a los trabajadores y que incluso "los sindicatos tenían metido en nómina un plus, al que los empleados llamaban "Plus del Corrupto", que según este empleado "era una manera de tenerlos contentos y que firmaran lo que quisieran los directivos, incluso los cursos a sabiendas de que no se impartían". Una afirmación que se repite a lo largo de varios interrogatorios realizados por la policía: en exjefe de servicios explica que "los cargos sindicales cercanos a la dirección de la empresa cobraban en nómina unas gratificaciones que no estaban justificadas por su labor profesional".
De estos interrogatorios se desprende que esta falta de "justificación" se traduce en sueldos más altos de los que les corresponderían por su puesto. Se cita hasta en dos ocasiones el ejemplo de quien fuera presidenta del comité de empresa y líder sindical, M.J.S, que según estas versiones "siendo vigilante de seguridad cobraba como inspectora", llegando supuestamente a cobrar un sueldo entre 2.700 y 3.000 euros "que no se correspondía con el de ningún inspector". Un trabajador, que fuera responsable del departamento de control y gestión, añade que a algunos representantes sindicales había que pagarles, mediante talón, sus actividades sindicales como si formaran parte de la jornada laboral. El resto de trabajadores interrogados coinciden en señalar que esta situación era "un rumor constante", afirmando que el comité y los sindicatos "tenían que estar al tanto".
Las primeras denuncias que dieron origen a este proceso en 2011 fueron interpuestas por representantes de diversos sindicatos que denunciaban las presuntas irregularidades que se cometían en la empresa.
Presunto control sobre las elecciones de los sindicatos
La relación entre los sindicatos y la directiva de la empresa podría haber ido un paso más allá. Según declaró ante la policía una antigua auxiliar administrativa de la empresa, el día de las elecciones a representantes sindicales de la empresa en fecha no determinada uno de los altos cargos de ESABE, e imputado en esta causa se dirigió a ella y a otras dos o tres compañeras y les dijo literalmente: "Tenéis que coger la papeleta de este sindicato, y que os vea yo echarla a la urna", sin recordar exactamente a qué formación sindical pertenecía la papeleta.