Ha comprado una participación de menos del 3 por ciento
La inversión del fundador de Microsoft no justifica por sí sola la compra. Los expertos analizan sus fundamentales y nombran el crecimiento inorgánico, la generación de caja o el negocio en Latam como razones.
Probablemente el secreto del éxito de Microsoft, al menos al principio, fue precisamente la gestión de Bill Gates. Su constante presencia en la dirección, durante más de 30 años, permitió al máximo responsable de la compañía conocer al dedillo los entresijos del gigante tecnológico. Detectar los puntos débiles y explotar intensivamente los fuertes solo podía hacerlo alguien tan asociado a la empresa que parecía fundirse con ella. Probablemente por eso también, el patrón de sus inversiones en España, con la entrada en FCC y en Prosegur, busca la estela de su propia historia. Gates se sienta en el consejo de la primera, con un 6 por ciento, y acaba de adquirir menos de un 3 en la segunda a través del fondo Cascade Investment controlado por él.
Ambas son compañías con una estructura muy similar: una gestión marcadamente familiar, poco 'free float' en bolsa, pero mucha presencia internacional. Además, la entrada de Gates en el accionariado se ha articulado en los dos casos mediante la compra directa de una participación sacada de la autocartera. Aspectos todos ellos, que gustan a rabiar a los inversores. Una empresa gestionada por gente que lleva prácticamente toda la vida en el consejo de administración, a menudo significa que está menos expuesta a la especulación.
La pregunta surge por sí sola. ¿Justifica la entrada en Prosegur la reciente compra de Gates? Todo apunta a que será una inversión más a medio o largo plazo que a corto, y aún así ha supuesto un espaldarazo para la acción, de eso no hay duda. El valor llegó a repuntar en bolsa hasta un 9 por ciento al conocerse la operación, aunque a final de la jornada, con el Ibex en rojo, la escalada se quedó en un 0,22 por ciento.
Pero los expertos prefieren acudir a otro tipo de factores para considerar su inclusión en cartera. El más nombrado de todos es la diversificación. La compañía de servicios de seguridad tiene presencia en 17 países y la reciente compra en Australia de una pequeña empresa por 90 millones de euros le abrirá en las antípodas las puertas de un nuevo mercado. «La compra les está reportando beneficios desde el primer minuto», afirma Gonzalo Sanz, de Mirabaud Finanzas.
Y es que su proceso de compras, muy selectivas, ha estado durante años reforzando su crecimiento. En este tipo de operaciones la empresa de seguridad destaca no sólo por la rápida integración de sus adquisiciones, sino también por su gran solidez financiera, «lo que le permitirá poder afrontar con garantías, compras futuras», dice Rafael Cavanillas, de Ahorro Corporación. «Prosegur ha sabido crear valor para el accionista en los últimos años a través de una acertada estrategia de crecimiento orgánico e inorgánico, tanto en Europa, su mercado más maduro, como en Latinoamérica, que presenta todavía un potencial importante de crecimiento». La recomendación de la firma es comprar con un precio objetivo de 4,80 euros por título, por encima de su cotización actual de en torno a los 4,32 euros.
Emergentes, peligro y oportunidad
Su exposición a emergentes, es para los analistas de JP Morgan uno de los puntos fuertes, pero también una de las mayores preocupaciones. De Latinoamérica provienen el 61 por ciento de sus ingresos y hasta el 81 por ciento de su Ebit, una región que no atraviesa su mejor momento debido a la depreciación de las divisas. El banco de inversión se mantiene neutral en el valor con un precio objetivo de 4,48 euros por título.
Sanz, de Mirabaud Finanzas, condensa las preocupaciones del mercado. «Es una de las compañías españolas con más presencia en Latam, sobre todo a Argentina. Tiene una gran exposición, tanto en ingresos como en Ebit, porque los márgenes que obtiene en ese mercado son elevados. Sin embargo, se está viendo muy afectada por las turbulencias en el país y la devaluación del peso». Además, como muchas otras empresas con negocio allí, Prosegur no puede repatriar sus ganancias, sólo puede reinvertirlas.
Para Sanz el mayor atractivo radica en la capacidad de generar caja. «A pesar de que el tipo de cambio le está afectando de forma negativa, los fundamentales del negocio en la región son muy buenos. Es la compañía líder en casi todos los países de la región en lo que respecta a servicios de seguridad y traslado de efectivo, con el añadido de que son capaces de traspasar a los clientes las subidas de los costes del negocio», explica.
Por último, los expertos creen que la empresa tiene una deuda muy controlada que asciende a 640 millones frente a su Ebitda de 428 millones de euros. Esto significa que el ratio de deuda neta/ebitda es de 1,5 veces. Además, parte de esa deuda -unos 100 millones- está denominada en reales brasileños que de alguna manera permite a Prosegur protegerse de la caída de la divisa. «Si se deprecia, bajan los ingresos en Brasil, y eso afecta de forma negativa, pero también baja el valor de la deuda», afirma Sanz.
«Por fundamentales nos gusta bastante. Es una empresa que se ha mantenido muy estable durante los últimos cinco años, sobre todo, en los dos últimos. El valor se ha movido en un rango de volatilidad de 50 céntimos», comenta Joaquín Robles, analista de XTB. Con un PER de 17 veces, Prosegur está en línea o incluso por debajo de su media histórica, por lo que podemos concluir que el valor no está disparado.