Jose Ruiz Ayuso asegura que aquella noche era solo "el técnico de turno" y que no era su responsabilidad controlar la apertura del portón ni el sobreaforo
El director del departamento de seguridad de Madrid Espacios y Congresos (Madridec), Rafael Pastor, y el técnico de operaciones de la entidad, José Ruiz Ayuso, han negado este martes ser responsables de emergencias durante la fiesta celebrada en el Madrid Arena, en la que fallecieron cinco jóvenes el 1 de noviembre de 2012. Ambos han rechazado las acusaciones del fiscal por no alertar de la cadena de errores que desencadenó la trágica avalancha humana, como la apertura de una salida de emergencias para facilitar el acceso o el sobreaforo.
Jose Ruiz Ayuso asegura que le dijeron que era el jefe de emergencias cuando ya había sucedido todo, pero que él no tenía constancia de ello. “A mí nadie me comunicó por escrito que yo fuera jefe de emergencias, nadie me comunicó de palabra que yo fuera jefe de emergencias, nadie me dio ningún documento a firmar como jefe de emergencias y nadie me formó a mí como jefe de emergencias”, ha explicado el acusado.
Preguntado por la fiscal, ha dicho que la primera vez que se dirigen a él como jefe de emergencias fue a las seis de la mañana en el punto de encuentro. “Alguien me dijo que yo era el jefe, pero no recuerdo quien”, ha aseverado. “Pregunté a mi directora por qué no me dijo que era jefe de emergencias pero no me dijo nada”, ha explicado.
Al respecto, ha precisado que su función era la de estar en todo momento localizable ante cualquier necesidad que surgiera durante el espectáculo. “Funcionaba como una centralita durante el evento para lo que el cliente pueda necesitar”, desde reparar baños o cables hasta problemas de seguridad o ampliaciones de horario.
Y ha añadido que el mejor sitio para desempeñar su función era un lugar donde estuviera apoyado por una línea fija de teléfono para llamar en caso de problema a los servicios de emergencias, aunque él no fuera jefe de emergencias. “Yo era el técnico de turno”, ha agregado, pero “si había un riesgo actuaba”.
Por este motivo, ha querido dejar claro que él no era el máximo responsable de la seguridad durante la macrofiesta sino que era Francisco del Amo, entonces coordinador de proyectos del departamento de operaciones de Madridec. “Mientras él está yo debo reportarle por móvil o en persona”, ha añadido.
De hecho, ha afirmado que fue Del Amo la persona que le informó a las 04.10 horas de que había dos chicas muertas en la enfermería.
Ahora bien, ha asegurado que no vio vomitorios cerrados y que, al contrario de lo que le acusa el fiscal, no dio aviso por sobreaforo porque no lo entendió así. “Había bastante gente pero había huecos en la pista”, ha añadido.
Sí ha reconocido que en la pista había más barras de las que había que montar, que el túnel del terror no venía en el plano y que el portón por el que se colaron más de 3.000 personas se abrió en alguna ocasión durante otros eventos.
Pero aquella noche, ha especificado, no se enteró de la apertura del portón porque el controlador de cámaras Roberto Mateos no le avisó (se ausentó de la sala). “Para eso ya está el control de cámaras que tiene que avisar a la persona de contacto que soy yo”, ha destacado, aunque no fuera el responsable de emergencias.
En línea con el resto de acusados pertenecientes a Madridec, Ayuso ha apuntado a Kontrol 34, contratada por el promotor Miguel Ángel Flores, como la responsable de la seguridad interior del evento “como lo han llevado siempre”.
“Kontrol 34 debía controlar el aforo, intervenir si hay peleas, sacar personas ebrias a la enfermería y reconducir flujo de personas para que eso fuera respetado”, ha dicho Ayuso, que ha recordado que “esa empresa ha estado en todos los eventos que ha hecho Flores en el Arena desde 2005″.
Y que Seguriber sólo tenía seis vigilantes en el interior encargados de cumplir el Plan de Autoprotección, uno de ellos apostado en el portón de cota 0.
“No era el máximo cargo”
Rafael Pastor, por su parte, ha destacado que ni las evacuaciones ni las emergencias en el pabellón figuraban entre sus funciones, como tampoco lo era la coordinación de seguridad del recinto. El fiscal afirma en su escrito que Pastor presenció todos los fallos de seguridad y consintió que el evento continuara celebrándose. Más tarde dijo ante el juez de instrucción que no tenía potestad para pararlo.
Pastor ha comenzado su interrogatorio negando de inmediato que su cargo fuera el de director del departamento de seguridad, y ha puntualizado que era subdirector coordinador. “No era el máximo cargo porque dependía del director general. No dirijo ninguna dirección”, ha precisado.
Acto seguido ha leído un documento en el que ha enumerado sus funciones desmarcándose de la coordinación de las labores de seguridad, del control y gestión de las situaciones de emergencias y evacuación de eventos así como de la supervisión del Plan de Autoprotección que “estaba desactualizado”.
En su declaración, ha reiterado en varias ocasiones que él era responsable del edificio “en reposo”, es decir, cuando estaba vacío. Pero que una vez contratado el evento, su labor cesaba.
Pastor también ha afirmado que “cualquier vigilante de Seguriber podía hacerse cargo del cuarto de control de cámaras” porque estaban formados para ello. Según el fiscal, el control estaba vacío en el momento de la avalancha mortal.