La mujer, que fue detenida por la policía, trató de sustraer un neonato hasta en cinco ocasiones el mismo día
Una mujer disfrazada de enfermera intentó robar un bebé hasta en cinco ocasiones en La Fe de Valencia y el Hospital Santa Lucía de Cartagena tras hacerse pasar por una sanitaria y decirle a los padres que se llevaba al neonato para que le realizaran una prueba. Los insólitos hechos ocurrieron el domingo. Uno de los intentos de sustracción tuvo lugar en la habitación 318 de la torre F, donde se encuentran hospitalizadas la mayoría de parturientas y otras pacientes del Servicio de Obstetricia y Ginecología.
La mujer entró en la habitación, manifestó que tenía que hacerle una prueba médica al bebé y cogió al recién nacido, que estaba en manos de un familiar. Las sospechas del padre, médico de profesión, acabaron por descubrir a la falsa enfermera y frustraron también la sustracción de la criatura. Aunque llevaba una bata de sanitaria, el aspecto desaliñado de la mujer hizo que el padre desconfiara. Además, el médico le preguntó acerca de la prueba que supuestamente iban a realizar a su bebé y obtuvo una respuesta poco convincente. El hombre arrebató rápidamente a su hijo de los brazos de esta mujer, quien huyó de la habitación.
Inmediatamente, el padre comunicó el hecho al personal del centro hospitalario y los vigilantes interceptaron a la mujer a la salida de un baño. La individua llevaba aún una bata sanitaria que resultó ser de otro centro hospitalario de Murcia.
Tras este intento fallido, la mujer entró en otra habitación donde pidió llevarse al bebé, pero no había ningún neonato, ya que la paciente aún no había dado a luz. De la habitación de esta mujer gestante se metió en otra donde fue expulsada por los allí presentes, y luego se refugió en el cuarto de baño, donde se quitó la bata. Allí, un vigilante localizó un billete de autobús, procedente de Murcia con llegada a las 15 horas del domingo a Valencia.
Intentó robar dos más en Cartagena
Tras las investigaciones pertinentes, los agentes de la Policía Nacional comprobaron que esa misma mañana la mujer había intentado sustraer otros dos bebés en un hospital de Cartagena, con la misma excusa de realizarles una prueba médica. Los padres, en esta ocasión, dudaron al instante al haber sido ya realizada esa prueba a sus hijos previamente.
La diligente actuación de los empleados de la seguridad privada de La Fe impidió que la mujer escapara. Las grabaciones de las cámaras del circuito cerrado de televisión y el seguimiento de los vigilantes a la individua posibilitaron su captura antes de que abandonara el recinto sanitario.
Una vez controlada la situación, desde el hospital se informó de los graves hechos a la sala del 091 de la Policía Nacional, que envió una patrulla al lugar. Los agentes se hicieron cargo de la mujer y la trasladaron a un calabozo del complejo policial de Zapadores. También realizaron las correspondientes diligencias de investigación tras entrevistarse con los padres del bebé y leerle a la detenida sus derechos.
Fuentes de La Fe confirmaron el intento de robo del bebé, pero no facilitaron ninguna información sobre los hechos que causaron un gran revuelo el domingo por la tarde en el hospital. La empresa responsable de la seguridad en el complejo sanitario, ISS Facility Services, también eludió pronunciarse sobre cómo y dónde apresaron sus vigilantes a la mujer. En la puerta de acceso a la tercera planta de la torre F, donde tuvo lugar el intento de robo del bebé, un sanitario colocó un cartel con una nota manuscrita que pedía, por favor, a los familiares de los pacientes ingresados que mantuvieran las puertas cerradas.
El Hospital Universitari i Politècnic La Fe está considerado como uno de los mejores complejos sanitarios públicos de Europa con una superficie construida de 260.000 metros cuadrados. Los trabajadores de este centro hospitalario atienden unos 6.000 partos cada año; mientras que a diario asisten a cerca de 4.000 pacientes en consultas externas y una media de 700 en el Servicio de Urgencias, sin contar las personas hospitalizadas en las 1.000 camas disponibles. Estas cifras dificultan las labores de control en los accesos a los edificios, aunque los vigilantes aumentan la vigilancia en dependencias consideradas como estratégicas por su conflictividad o por el valor de material que almacenan.