La defensa del acusado pidió dos años de cárcel, mientras que el fiscal solicitó seis ayer en la Audiencia
El joven imputado que ayer se declaró autor de un delito de fabricación de aparatos explosivos, durante el juicio en la Audiencia. manu mielniezuk
Un joven que a principios de 2013 trabajaba como vigilante de seguridad en el hospital de Son Espases confesó ayer ante la Audiencia de Palma que colocó una bomba casera de salfumán en los baños del área de Urgencias. El sospechoso reconoció los hechos ante el tribunal de la sección primera y se mostró arrepentido por sus actos. "Lo siento, espero que nunca hubiera sucedido esto", manifestó el imputado en el turno de la última palabra al final del juicio. Tras declararse culpable de un delito de fabricación de aparatos explosivos, su abogado defensor Tomeu Vidal solicitó una pena de dos años de prisión al apreciar la circunstancia atenuante de confesión como muy cualificada. Mientras, el fiscal mantuvo su solicitud de condena inicial de seis años de cárcel.
El artefacto, fabricado por el propio acusado con una botella de plástico de dos litros en la que vertió salfumán común e introdujo tornillos y varias bolitas de papel de aluminio, llegó a estallar el pasado 2 de febrero de 2013 en los aseos de la sala de acceso de Urgencias de Son Espases. La bomba casera no provocó daños materiales. Tan solo una baldosa sufrió desperfectos y corrosión por el efecto de los gases y ácidos que expulsó el explosivo. Y el propio vigilante encausado padeció lesiones leves en los ojos al entrar en contacto con estas sustancias.
Un mes después de este incidente, en marzo de 2013, la Policía Nacional detuvo al sospechoso por haber colocado el artefacto en los baños del hospital. Según fuentes policiales, el joven actuó de esta manera para llamar la atención y tener un mayor reconocimiento en su trabajo. El empleado trataba de denunciar su situación laboral y el estrés que sufría, ya que en aquellas fechas tan solo había tres vigilantes para todas las instalaciones del hospital, según su versión. Luego, se incrementó el número de trabajadores de seguridad.
Pena mínima
El joven ayer admitió ante la sala ser autor del delito de fabricación de aparatos explosivos. Debido al reconocimiento de los hechos por parte del acusado, la fiscalía y el abogado defensor renunciaron a practicar el resto de prueba en el plenario y se remitieron a la prueba documental. El letrado del sospechoso pidió la pena mínima apreciando la atenuante muy cualificada de confesión. Y el ministerio público mantuvo sus conclusiones. En cuestión de minutos, el caso quedó visto para sentencia.
La bomba casera de salfumán que confeccionó el vigilante de Son Espases es muy conocida y divulgada en numerosos foros de Internet. Incluso, existen vídeos que explican cómo se fabrica el artefacto y que demuestran la reacción química del ácido clorhídrico cuando entra en contacto con el papel de aluminio.
Los hechos enjuiciados ocurrieron el 2 de febrero de 2013, sobre las ocho y veinte minutos de la tarde, cuando el vigilante de seguridad del hospital colocó la bomba casera en los baños de la sala de acceso a Urgencias. Se trataba de una botella de plástico que contenía 250 mililitros de salfumán común, varios tornillos y bolitas de papel de plata. El artefacto explotó y los gases y ácidos emanados dañaron una baldosa.