Uno de los fugados del centro de internamiento de menores agredió a los agentes de Gijón que lo localizaron
Á. FAES El fiscal de menores, Jorge Fernández Caldevilla, salió ayer en defensa del funcionamiento y de los trabajadores del centro de internamiento de menores de Sograndio. El pasado jueves, dos internos protagonizaron una fuga de película, al utilizar varias sábanas entrelazadas para trepar hasta una ventana y, desde allí, franquear el muro de seguridad. "Asturias cuenta con un centro de internamiento modélico en su funcionamiento y control", defendió ayer el fiscal a través de un comunicado. "La supervisión es constante desde la Fiscalía y el Juzgado de Menores", continúa, aunque admite que, "tratándose de una institución destinada a los menores más conflictivos, no se pueden evitar incidentes puntuales o que ocasionalmente se pueda producir una fuga".
Uno de los que huyó del lugar fue detenido en Gijón en la madrugada del domingo. Agentes de la policía local gijonesa sospecharon del joven a las 4.55 horas cuando el interno echó a correr en sentido contrario al cruzarse con una patrulla, en la calle Sanz Crespo, casi en el centro de la ciudad. Cuando le dieron alcance se negó a identificarse, dio varios nombres y varios domicilios y, en el momento de introducirle al coche para comprobar en Comisaría su filiación, agredió a los agentes y les causó heridas en diferentes partes del cuerpo. Finalmente, lo metieron por la fuerza en el vehículo y fue trasladado a dependencias policiales. A media tarde del domingo y tras ser puesto a disposición de la Fiscalía de Menores, fue trasladado al centro de internamiento de Sograndio. Se da la circunstancia de que este joven ya había escapado a comienzos de la semana pasada, aunque fue detenido por la Policía Nacional.
Jorge Fernández Caldevilla defendió ayer a los empleados del centro de Sograndio. "En los quince años que llevo al frente de la Fiscalía de Menores nunca ha habido quejas por maltrato o excesos por parte del personal del centro. Todo el personal trabaja implicado intentando que mejoren los factores que condujeron a los menores al centro y en lograr su reinserción social, proporcionándoles educación y formación profesional". Y señaló que allí se produce "un escrupuloso respeto a los internos" y que la Consejería de Presidencia les provee de "recursos y personal adecuado", además de existir un "un control riguroso en la ejecución de las medidas".
El director general de Justicia, José Luis Villaverde visitó ayer las instalaciones y se entrevistó con el director, tras anunciar el Principado que tratará de esclarecer los hechos del pasado jueves.
La espectacular fuga generó un clima de crispación entre los trabajadores de Sograndio y también entre el colectivo de vigilantes de seguridad, que denunciaron deficiencias en las medidas de control del centro de internamiento de menores. También criticaron que permanezcan allí internos que ya han superado la mayoría de edad, pues cumplen su pena de internamiento por delitos cometidos cuando aun eran menores. Este es el caso de los dos que se fugaron. Según los empleados, los mayores complican el ambiente y dificultan su labor. Igualmente y de forma anónima, algunas familias se quejan del trato que reciben los internos y de las condiciones de algunas dependencia, como la celda a la que envían a los que generan problemas. No obstante, la estancia fue reformada tras una inspección reciente.