11 de marzo de 2016

José María Blanco: «No vemos llegar la ola hasta que está en la orilla»

El director de Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil y profesor de la UAM cree necesario anticiparse frente a los riesgos 
José María Blanco Navarro es el director del Centro de Análisis y Prospectiva de la Guardia Civil y del área de Estudios Estratégicos e Inteligencia en el Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid. Ayer participó en la primera jornada del congreso de Ourense, donde manifestó que tanto los agentes públicos como privados necesitan conocer para actuar en un entorno cada vez más complejo y voluble. Algunos de los últimos atentados terroristas tuvieron lugar en el entorno de un estadio de fútbol y en una sala de conciertos (París) o en un centro comercial (Kenia).

-¿Se está preparado para afrontar los nuevos retos?
-He puesto el ejemplo del yihadismo contra objetivos blandos, de sitios de actuación en los que las primeras fuerzas que pueden intervenir son vigilantes de seguridad privada o policías locales. Pero hay otros entornos, como la necesaria internacionalización de la empresa española que sale a veces a países conflictivos. Tenemos intereses españoles que proteger en el exterior y hay que tener asegurado nuestro personal e instalaciones. Es necesario conocer qué está pasando en el mundo y, con un adecuado análisis, tomar las medidas adecuadas.

-¿Antes de este escenario, la seguridad privada se enfrentaba más a delincuencia habitual, hurtos, robos...?
-Es un mundo muy amplio, con empresas muy importantes. El sector privado es muy potente, con unas 200.000 personas con mucho talento y buenos procedimientos operativos de trabajo.

-¿Se han ido especializando?
-En el ámbito de la seguridad no vemos llegar la ola hasta que está en la orilla. Somos menos anticipatorios de lo que pudiéramos o debiéramos.

-¿Y en una zona periférica como Ourense, que problemática ve?
-España es muy segura y en Ourense no veo muchas diferencias con otras ciudades. No destacan fenómenos criminales específicos, salvo alguno histórico como el contrabando en la frontera. No es una de las zonas de más posible afectación de yihadismo por la distancia a los focos de conflicto.