"Cuando vi que cargaba el arma pensé que me pegaba un tiro", relata este vigilante de 31 años
"¿Intentándome atracar a mí? Te parto el cuello como no te estés quieto", decía a su atracador mientras lo tenía inmovilizado entre las rodillas con una llave de judo. Así mantuvo retenido durante ocho largos minutos un vecino de Torrent, que trabaja como vigilante de seguridad, a un peligroso delincuente que, armado con una pistola, lo encañonó amenazándole con disparar después de que éste lo sorprendiera saltando una valla para acceder a una finca. David, de 31 años y con experiencia como militar en misiones en el extranjero, logró con sangre fría desarmar a su asaltante y una vez inmovilizado esperó la llegada de la Policía Local.
"Cuando vi que cargaba el arma pensé que me pegaba un tiro", reconoce David, quien en ese momento ni siquiera era consciente del peligro que corría. "Armó la pistola y se le quedó la corredera detrás", relata. Fue entonces cuando de forma instintiva "le di una patada en la mano y le hice un barrido". "Sabía que tenía unos segundos para actuar y los aproveché. Ahora lo pienso en frío y sé que podía haberme salido mal, pero en esos momentos de adrenalina no lo piensas", asegura un día después de lo ocurrido en su barrio de Torrent, donde todo el mundo lo considera ya un héroe.
Los hechos ocurrieron en torno a las cuatro y media de la tarde del miércoles cuando David, vecino de Torrent y que trabaja como vigilante de la empresa Prosegur, se dirigía al colegio a recoger a sus hijas. Un vecino se le acercó y le dijo que alguien estaba intentando saltar una valla para entrar en una finca de la calle Mare de Déu del Bon Consell. Al ver que era cierto y que podría tratarse de un ladrón, David le recriminó su acción. "No sé si tenía que haberlo hecho, pero en ese momento no sabía que llevaba una pistola", confiesa.
El presunto delincuente, al verse descubierto, se encaró con él y sacó una pistola del calibre 22. "Se veía que era real, he montado y desmontado muchas armas como para saber diferenciarlas", explicaba. De hecho, a sus 31 años cuenta con cinco de experiencia como policía militar en Bétera y en misiones en Pakistán y Kosovo. Además, de conocimientos de defensa personal, David asegura que en esos momentos, en los que no sabes si va a disparar o no, puso en práctica todo lo que le han enseñado en el club de judo al que pertenece.
"Me pidió que le diera todo el dinero pero en verdad me di cuenta que no llevaba nada encima", recuerda. Además, se percató de que el vecino que le había avisado había desaparecido. Luego supo que había ido a llamar a la policía. "En la calle solo estábamos yo y él. Pensé que si me quiere disparar y tiene el mono lo va a hacer, así que intenté estar sereno", relata.
Una llave de judo
Cuando su asaltante se le acercó a poca distancia y tras ver que cargaba el arma y se le quedaba atascada, David no se lo pensó dos veces y aprovechó los tres o cuatro segundos que tenía para desarmarlo con una llave de judo e inmovilizarlo con su cuerpo. "Con las piernas le presionaba, es una llave de inmovilización y estrangulación, pero mi intención era tenerlo allí inmóvil hasta que llegara la policía", explica.
El delincuente "me gritaba que lo soltara, que no le apretara tanto, que lo estaba ahogando", pero David se mostró decidido y en ningún momento cedió al miedo. Incluso mientras esperaba a la policía y sujetaba con sus rodillas al sospechoso, cogió su teléfono móvil y llamó a su mujer. "Le llamé para decirle que recogiera a las chiquillas del colegio, que yo iba a llegar tarde", confiesa.
Pasados unos ocho minutos un motorista de la Policía Local de Torrent, que se encontraba en las inmediaciones, llegó al lugar y procedió a engrilletar al detenido. Asimismo los agentes le intervinieron la pistola, de fuego real. El arrestado, de unos 30 años y nacionalidad rumana, cuenta con numerosos antecedentes, como ya adelantó este periódico ayer.
La policía investiga ahora si el arrestado trataba de asaltar una vivienda para robar o portaba la pistola por otros motivos.