23 de mayo de 2014

De pirata a vigilante de seguridad a bordo

El éxito de la Operación Atalanta deja en el “paro” a los piratas de Somalia. Están optando por volver a pescar o trabajar defendiendo los pesqueros que antes atacaban.

En pleno auge de la actividad pirata en las aguas territoriales de Somalia, tras el éxito inicial de la Operación Atalanta en la que el Ejército Español ha tenido una actuación protagonista reconocida por el resto de sus socios de la EU-NAVFOR, se permitió que las empresas de seguridad adiestrasen a personal de seguridad que velase, a bordo de los pesqueros, por la integridad de los buques españoles.
En el mes de mayo de 2010 los primeros integrantes del nuevo servicio de vigilancia se incorporaban a sus puestos, reforzándose así la seguridad que ya estaban dando los ejércitos europeos en la zona.
El éxito de Atalanta está fuera de toda duda. Las diferentes armadas europeas han conseguido que llevemos dos años sin que se produzca ningún secuestro y cada vez son menos los intentos que deben ser frustrados. En la actualidad quedan dos tripulaciones asiáticas secuestradas, que permanecen en esta situación desde 2012, pero la actividad pirata se ha reducido a mínimos en el Índico.
Los piratas se reciclan laboralmente y emplean para ello dos vías. La primera es la vuelta a sus antiguas actividades pesqueras, se han multiplicado los barcos que se dedican en la zona a la pesca artesanal. La segunda de las vías por la que han optado es la de sumarse a los equipos de seguridad privada que trabajan a bordo de los pesqueros de la zona.
Así lo confirman a GACETA.ES fuentes de empresas de seguridad privada españolas y del Ministerio de Defensa. En este sentido, estas fuentes consideran que la labor de los antiguos piratas en los barcos “puede ser muy útil”. Por un lado conocen la forma de actuar de los posibles asaltantes, en muchos casos también tienen un conocimiento personal de los grupos que actúan en la zona, también dominan el idioma y las costumbres. En contra solamente plantean la desconfianza de algunas tripulaciones que no ven con buenos ojos “embarcar al enemigo”.
La realidad, a día de hoy, es que raro es el pesquero europeo que faena en la zona sin la presencia de uno de estos antiguos piratas a bordo.