Los agentes adscritos a la guardería rural de Villanueva de la Serena recorren una media diaria de 300 kilómetros patrullando por los caminos del término municipal.
Así lo ha dado a conocer el concejal de Agricultura villanovense, Ismael Huertas, al realizar el balance de este servicio tras más de un mes y medio de funcionamiento. En este caso, cabe recordar que fue el 1 de julio cuando empezó a trabajar el nuevo equipo de guardería rural compuesto por seis agentes, lo que suponía cuatro más que los que había hasta esa fecha. Unos profesionales que, además de cubrir el horario matinal, también trabajan mediante turnos desde las 15.00 horas a las 6.00 h.
Su objetivo era reducir el número de robos en las áreas de campo, tanto en las explotaciones agrarias, como en chalés y casas de campo. Y aunque sigue habiendo robos, como reconoce Huertas, «es cierto que se ha notado una disminución de los mismos y, sobre todo, se nota más la presencia de los guardias rurales en el campo y eso es algo que agradecen los agricultores».
El edil apunta que entre los robos más habituales, suelen producirse los típicos de gasóil o de utensilios agrícolas, como los motores o las baterías de los cabezales de riego. Unos robos que «provocan más estropicio que otra cosa», señala.
No obstante, durante este mes y medio los guardas rurales, que suelen patrullar los campos en pareja, sí han pillado a gente robando 'in fraganti', como sucedió con un individuo que estaba cogiendo fruta en la finca municipal de Navisa. Asimismo, ha habido veces que han llegado al lugar de los hechos poco después de cometerse el robo y, tras avisar a la Guardia Civil, han propiciado la detención posterior de los autores por parte de los agentes de la Benemérita.
El concejal ha querido destacar que «lo que es indudable es que los agentes se están moviendo continuamente y eso lo notan los agricultores». Están cubriendo una media de 300 kilómetros por los caminos del término municipal pero, como es normal, «no pueden estar en todos los sitios» y más teniendo en cuenta que tienen que vigilar una superficie de 10.791 hectáreas, de las que 6.583 son de secano, 4.308 de regadío y 1.252 de diseminados o chalés.
Por este servicio de guardería rural, tanto agricultores como propietarios de chalés pagan una tasa. Es de cinco euros por hectárea de secano, seis euros por hectárea de regadío y nueve euros al año para los que tengan terrenos diseminados como casa de campo.