Entrevista a Baldomero Bellido, a las puertas del inicio de la recogida de aceituna de mesa en la provincia
Bellido repasa las medidas que se están poniendo en marcha para poner freno a los robos de aceitunas en el campo. Reconoce que la ley actual no es suficientemente dura y los ladrones cuentan con una sensación de impunidad que no les disuade de continuar robando. Pone la clave en interceptar y sancionar a los molinos que compren productos robados.
El presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, nos atiende justo en la antesala del inicio de la campaña de recogida de la aceituna de mesa. Explica que se presenta una temporada «complicada» por la situación meteorológica. No hay expectativas de lluvia y los agricultores, preocupados, aún no saben si podrán verdear. El buen precio del aceite es la esperanza de los productores de la provincia de Málaga, que este año no alcanzarán los 58 millones de kilogramos recolectados el pasado ejercicio en lo referido a la aceituna de mesa. Sin embargo, existen otros problemas que atormentan a los aceituneros malagueños: el robo del producto en el campo. Bellido realiza un repaso por la situación actual y pone sobre la mesa los deberes futuros.
¿Qué medidas se están tomando para evitar el robo de aceitunas?
Existe el grupo Roca de la Guardia Civil en la comarca norte y en el Guadalhorce. Nosotros estamos coordinados con ellos. También con la Policía Nacional en Antequera, que es la encargada en esa zona de la vigilancia en el campo.
Se está optando incluso por la seguridad privada.
Hay cooperativas que para todos sus socios ofrecen este servicio con empresas de seguridad durante el periodo de la campaña. Esto se está extendiendo más sobre todo estos años en los que el precio está caro y el producto es apetecible para los ladrones.
¿Las medidas tomadas son suficientes?
Las fuerzas del orden público colaboran todo lo que está en su mano. Siempre pedimos más efectivos porque al final se quedan un poco cortos. Pero no es por voluntad, sino por falta de medios. Por eso hay que recurrir a seguridad privada. Lo que sí se está consiguiendo es una coordinación entre Guardia Civil, Policía Nacional y seguridad privada. Barrer todo el campo todas las noches es imposible. Pero sí se pueden aminorar mucho los robos.
¿Desde Asaja están tomando alguna medida en este sentido?
Nosotros como organización pedimos más presencia de efectivos para defender el campo y estamos en permanente coordinación con la Policía Nacional y Guardia Civil. Además, tenemos en la página web un modelo de denuncia para que le sea fácil al agricultor realizarla y que todo robo sea denunciado.
¿Qué reclaman desde Asaja para reducir los casos de robo de aceitunas?
Reclamamos dos cosas. Primero, intentar poner control en los puntos de venta de esos productos que no siempre están en nuestra provincia, muchas veces se encuentran en provincias limítrofes. En el caso de que haya molinos que compren productos robados o sin documentación, deben ser sancionados y que esa sanción sea dura, que se llegue al cierre. Hay que darle fuerza a la normativa para que clausure estos puestos que compran aceitunas sin documentación. Y, por otro lado, es necesario establecer un mecanismo para garantizar no sólo la trazabilidad del producto sino la titularidad del mismo. Queremos que se saque adelante el Registro de Explotaciones Agrarias y Forestales de Andalucía, una normativa no publicada y de la que tenemos un borrador desde 2014, porque en él se incluye un documento de acompañamiento de transporte, que va relacionado con la superficie de cultivo que tenga el agricultor. Es decir, si yo tengo una hectárea no puedo transportar 30.000 kilos de aceitunas, porque no los produce ese terreno.
Una de las claves para que proliferen los robos es la impunidad. Alguien que roba aceitunas no cumple un castigo excesivo.
La ley no es dura en estos casos. Las propias fuerzas del orden público ven frustrado su trabajo y esfuerzo cuando interceptan un producto robado y ven que los culpables entran por un sitio y vuelven a salir libres e impunes. Si no se le puede quitar ni el vehículo que usan para robar ni las herramientas que utilizan, la normativa es un poco incongruente. Por eso se sigue robando, porque no hay una mano dura contra los ladrones.
Esto provoca evidentemente un aumento de robos.
Por ello pedimos que se impida esto de una forma efectiva. Muchas veces esto se conseguiría quitando las herramientas de trabajo y los puntos de venta de aceitunas.
Por tanto, ¿piensa que hay que endurecer el Código Penal?
Bueno, se ha hecho algún avance. Si un hurto es reiterado se convierte en delito. Pero al final se queda todo un poco ahí. No se queda impune pero en muchos casos la sanción es irrisoria para los ladrones.
¿Qué pérdidas se generaron la pasada campaña en la provincia por robo de aceitunas?
No están contabilizadas, ya que no todas las denuncias se tramitan a través de Asaja. Además, en la provincia se han robado también limones, aguacates y ahora se están poniendo medidas para evitar el robo de mangos.
¿Hubo incremento de robos de aceituna la pasada campaña con respecto a las anteriores?
En número hubo menos pero fueron más puntuales y de mayor cantidad. Se dieron en Antequera, Villanueva de Algaidas o Campillos.
¿Qué queda por hacer?
No debemos bajar la guardia y debemos intentar cerrar el círculo. Intentar que no se llegue a vender el producto que se roba para que deje de ser atractivo robar la aceituna del campo.