Hasta ahora, todas las estaciones del subterráneo tenían vigilantes. Además de horas fijas, habian horas “móviles” que se cubrían con rondas de uno o dos vigilantes en ocasiones acompañados por perros entrenados.
El nuevo contrato, elimina las horas fijas en 130 paradas, en 34 estaciones de algunas áreas, solo siete mantendrán al personal estático. Por el resto, los agentes pasarán de forma puntual cuando las rondas así se lo indiquen.
Nuevos criterios
El sistema cambia porque cambian los parámetros con los que Metro mide la seguridad. A partir de ahora, la compañía ya no exigirá una presencia permanente de vigilantes en las estaciones, sino que permitirá a las empresas de seguridad que presten el servicio, organizarse a voluntad siempre y cuando cumplan con las exigencias anuales de reducción de delitos, actos vandálicos y venta ambulante.
Metro asegura que las estaciones seguirán vigiladas mediante cámaras. Es por ello, que ya no dividirán la red por líneas a efectos de seguridad, sino en 8 zonas diferenciadas. La empresa responsable de una zona cubrirá varias estaciones de distintas líneas pero anexas entre sí, de forma que los vigilantes paseen y se desplacen entre las paradas próximas cuando su presencia sea necesaria.
Los sindicatos creen que la ausencia de vigilantes provocará un aumento de los incidentes. “Cuando se produzca un robo, una agresión o un destrozo, ¿cómo van a coger a los autores? ¿Creen que se van a quedar esperando a que lleguen los vigilantes?”, los vigilantes cumplen una función disuasoria con su presencia: “Quieren poner vigilantes móviles para que parezca que estamos en todos los sitios, cuando no es verdad. Los delitos van a crecer sin el personal fijo en las estaciones”.
Metro responde que, “por supuesto” ninguna estación quedará sin vigilancia, porque todas están dotadas de cámaras. “Ahora nos regiremos por criterios de eficiencia”, añaden.
La ausencia de vigilantes en más de un tercio de las estaciones se une, además, a la reducción de un 40% de las horas de vigilancia y a la supresión de seis puestos de observación en las salas de seguridad de líneas, donde se visualizan todas las cámaras de la red.
Llueve sobre mojado en la lenta e irreversible degradación del metro. Si no hay vigilantes, aumentará la gente que se cuela sin pagar, cosa que ya está pasando por la crisis. También subirán los robos.
¿Cómo llegarán las patrullas a los puntos de conflicto cuando se requiera su presencia: “¿Lo van a hacer en Metro? Con las frecuencias de paso que hay ahora, después de los recortes, van a tardar bastante.