Los primeros vigilantes entraron en servicio en la jornada de ayer, destinados en las garitas de control externas a los recintos penitenciarios.
Algo ha cambiado en los centros penitenciarios desde la jornada de ayer, cuando entraron en servicio los primeros vigilantes de seguridad que trabajarán en el perímetro exterior de las prisiones. Se trata de un movimiento sin precedentes ya que por vez primera, trabajadores del sector privado sustituirán a funcionarios, en este caso a personal de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Un cambio que en algunos sindicatos ven con recelo y como el principio de una progresiva privatización de la vigilancia en las cárceles españolas.
El pasado mes de abril, las organizaciones sindicales con mayor representatividad en este área del sector público recibían de manos de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior el pliego de condiciones para la adjudicación del servicio. Un documento cuyo contenido adelantó LA VOZ y en el que se detallan las funciones que realizarán estos vigilantes y el número de puestos definidos por cada centro penitenciario.
24 horas
En el caso de la provincia de Cádiz, una de las zonas con mayor población reclusa del país, la seguridad privada asume la cobertura de nueve puestos: 2 en Botafuegos y 7 para Puerto I y Puerto II. Están definidos como H24, que significan que deberán estar ocupados las 24 horas del día, todos los días del año. Estos puestos se sitúan en las garitas externas, donde se ubican los sistemas CCTV (vigilancia de cámaras). En el caso de las dos prisiones portuenses, los vigilantes estarán situados, entre otros puntos externos, en el acceso principal que da entrada a Puerto I y Puerto II, donde hasta ahora sólo había personal del Cuerpo Nacional de Policía.
Las funciones que pasan a manos de la seguridad privada son el control de entrada de las visitas, la vigilancia del perímetro y siempre, según el citado pliego de condiciones, estos vigilantes estarán subordinados a las directrices de los funcionarios policiales. Así, aunque puedan ejercer labor de control para impedir la entrada de droga u objetos peligrosos, en caso de localizarlos deben ponerlos a disposición de un agente de la autoridad.
Una treintena de vigilantes llegó ayer por la mañana a Puerto I y II donde recibió instrucciones en el salón de actos. Ya por la tarde, los primeros trabajadores estaban ubicados en las garitas, acompañados cada uno por un policía. La empresa que se ha hecho cargo de ese servicio es Seguriber, que tiene al Ministerio del Interior o Defensa en su cartera de clientes. A esa treintena de vigilantes que trabajarán en las prisiones portuenses se suman otros diez más, que estarán destinados al centro de Botafuegos, en Algeciras.