Se incorporan con un mes de retraso
Con un mes de retraso han llegado al centro penitenciario de Topas un total de siete vigilantes de seguridad privada que se incorporaron este lunes para dar apoyo a la Guardia Civil en la sala de control de cámaras de seguridad. Según ha podido saber este periódico, se trata de tres escoltas procedentes del norte del país y cuatro vigilantes jurados de Salamanca.
Ante esta situación, la Unión de Guardias Civiles mostró su rechazo a la incorporación hoy de diez vigilantes privados a cuatro centros penitenciarios de la Comunidad, al igual que en otras 17 prisiones del resto de España, como refuerzo a las labores de seguridad de los agentes del Instituto Armado y del Cuerpo Nacional de Policía porque aseguró que esa tarea ya está cubierta por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y que esta decisión "a día de hoy lo único que provoca es un aumento del gasto en seguridad" en las cárceles españolas, en palabras del presidente nacional de la UGC, Ramón Rodríguez.
"No sustituyen la labor de los guardias civiles (que se ocupan de la seguridad en la mayoría de las prisiones de España), sino que es un incremento que no parece que tenga mucho sentido ", aseveró el presidente de la Unión de Guardias Civiles, quien añadió que, pese a que este servicio está "tan mermado de efectivos como cualquier otras unidad territorial" del Instituto Armado, "no hay ningún indicio hoy de que se necesite más seguridad en las prisiones" y "el servicio se cubre perfectamente", como lo demuestra que en los últimos años no haya habido ni fugas ni motines