20 de octubre de 2013

D. Florentino Villabona Madera, Comisario General de Seguridad Ciudadana

Desde que fue nombrado comisario en 1997, ha ocupado cargos de responsabilidad como comisario provincial de Málaga y de la ciudad de Melilla, también jefe superior de Policía de ésta última y coordinador general de Seguridad en el Ayuntamiento de Málaga. Desde enero de 2012, Villabona está al frente de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana, encargada, entre otras competencias, del control de la Seguridad Privada. Para el responsable policial, ese sector desempeña un papel de “socio insustituible” para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Por ello, aboga por que se produzcan avances legales tan reivindicados a lo largo de los últimos años como conceder el carácter de -agente de la autoridad- a los vigilantes o ampliar los espacios de actuación del sector privado de la seguridad.
Entre las competencias de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana se encuentra el control de la Seguridad Privada. ¿Cuál es su opinión acerca de la aportación que hace este sector a la protección de la sociedad?
La Seguridad Privada se constituye, bajo el control de la Seguridad Pública ejercido por el Cuerpo Nacional de Policía, en instancia coadyuvante e indispensable para la prevención del delito y la protección de personas y bienes. La aportación que desde esta posición hace la Seguridad Privada a la sociedad es de suma importancia y trascendencia, y tiene un enorme valor para la tranquilidad y la seguridad, que está en la base de la calidad de vida y del progreso social. En este ámbito, el Cuerpo Nacional de Policía otorga a la Seguridad Privada un papel de socio insustituible para el mejor cumplimiento de su misión constitucional de proteger y servir los derechos y libertades de los ciudadanos.
- El Cuerpo Nacional de Policía presentó el año pasado su Plan Integral de Colaboración con la Seguridad Privada, Red Azul. ¿Qué valoración hace usted de este proyecto?
Desde la presentación del Plan Red Azul por parte del director general de la Policía, a día de hoy son más de 500 las adhesiones al mismo y miles las actuaciones recogidas a través de los distintos programas que conforman este plan. Con ello se van cumpliendo los fines previstos con el lanzamiento de este modelo interactivo de colaboración profesional basado en la bidireccionalidad y la reciprocidad.
En el Cuerpo Nacional de Policía creemos que el intercambio de información y el mutuo apoyo en sus respetivas actividades representan la base necesaria sobre la que poder establecer una verdadera y fructífera relación de colaboración entre los responsables de los servicios de Seguridad Privada y el Cuerpo Nacional de Policía. El convencimiento que expresó el director general de la Policía en el acto de presentación de Red Azul, al decir que “en seguridad, colaborar siempre suma, y no hacerlo, siempre resta”, se ha cumplido sobradamente, en su parte positiva, en estos meses de andadura. Estamos convencidos de estar en el buen camino y de haber encontrado una buena solución.

- Desde su punto de vista, ¿por dónde cree que deben ir los cambios que introduzca la reforma de la Ley de Seguridad Privada anunciada por el Ministerio del Interior para esta legislatura?
Pasados veinte años desde la promulgación de la vigente Ley de Seguridad Privada, y ante un sector ya maduro y completamente profesionalizado con presencia en todos los lugares y niveles de la vida del país y de sus ciudadanos, es de esperar que la futura Ley, consciente de estar ante una realidad completamente diferente a la de aquel momento histórico del año 1992 para la Seguridad Privada, no solo venga a poner solución a los problemas de funcionamiento detectados a lo largo de estas dos décadas pasadas, sino que presente una regulación novedosa que trate de anticiparse y resolver las necesidades venideras de la seguridad en España, constituyéndose como un marco normativo de referencia válido para el futuro de la Seguridad Privada en Europa.
Es por eso que espero y deseo que la nueva regulación contemple, entre otros objetivos, la mejora de la eficacia en la prestación de los servicios de Seguridad Privada en lo relativo a organización y planificación, formación y motivación del personal de seguridad; la eliminación de las situaciones que dan lugar al surgimiento del intrusismo, tanto de las empresas como del personal; que dote al personal de Seguridad Privada del respaldo jurídico necesario para el ejercicio de sus funciones legales; y que acentúe al máximo los elementos de colaboración entre la Seguridad Privada y la Pública. Dicha coordinación no debe solo vertebrarse en el terreno operativo, sino que ha de ser consecuencia de un previo marco normativo que contemple debidamente esa interrelación, contribuyendo así a la seguridad de la sociedad. Es primordial que la sociedad perciba que la Seguridad Pública y la Seguridad Privada cooperan activamente en sus respectivos ámbitos de responsabilidad para la consecución de un único objetivo: la seguridad y protección de los ciudadanos.
Por otra parte, es evidente que el desempeño de las actividades y funciones profesionales propias de este sector ha de perfeccionarse, a tenor de la importancia del mismo, estando todavía pendiente la regulación aplicable a los servicios que por ley tiene encomendada la Seguridad Privada, objetivo que debe abordarse con esta Ley. Por supuesto, la nueva Ley también deberá ocuparse de remarcar las actuaciones de control e inspección policial que corresponde realizar sobre el sector de la Seguridad Privada para velar por el correcto cumplimiento de la legislación sectorial.
- Una de las demandas del sector es poder prestar servicios de vigilancia en los espacios abiertos. ¿Cree usted que la reforma de la Ley de Seguridad Privada hará realidad esta petición?
En los últimos años se han producido avances notables en la consideración ciudadana y en el replanteamiento del papel del sector privado de la seguridad, reconociéndose, cada vez más, la importancia, eficacia y eficiencia de las alianzas público-privadas como medio para hacer frente y resolver los problemas acuciantes y variados de seguridad que se producen en la sociedad. Cada vez más, se considera a la Seguridad Privada un verdadero socio en el conjunto de medidas destinadas a la protección de la sociedad. Esta es una realidad incuestionable que no cabe desconocer y que seguramente será tenida en cuenta a la hora de abordar la nueva regulación legal de las actividades de Seguridad Privada en España.
Esta incuestionable realidad también ha sido vista y reconocida por el conjunto de la ciudadanía española, como lo demuestra el notable hecho de que en estudios de opinión sobre la percepción de la Seguridad Privada, más de tres cuartas partes de los españoles entrevistados afirmen que aumenta su percepción de seguridad cuando van a un sitio o están en un lugar en el que hay Seguridad Privada, especialmente con la presencia de vigilantes, a los que ven como figuras de autoridad a las que se puede recurrir para pedir ayuda en caso de necesidad, señalando su predisposición a que la Seguridad Privada asuma nuevos ámbitos de actuación, como pueden ser los espacios abiertos, sólo limitados por el actual marco normativo vigente.
- ¿Considera que este sector está preparado para desempeñar algunas funciones que ahora están restringidas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad?
En materia de seguridad, forma parte de la responsabilidad del Gobierno de la nación establecer el marco legal adecuado en el que puedan funcionar los organismos de Seguridad Pública y Privada. En consecuencia, y teniendo en cuenta el exitoso modelo español de Seguridad Privada, que resulta un recurso externo complementario a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la participación de ésta en funciones encomendadas a la Seguridad Pública, dado su actual grado de desarrollo y preparación, puede ser una fórmula a contemplar en la futura legislación.
- ¿Qué opina de la posibilidad de que los vigilantes de seguridad vuelvan a adquirir la condición de ‘agente de la autoridad’?
Dada la cada vez mayor participación y responsabilidad que asume este personal en la prestación de servicios de seguridad con clara vinculación o repercusión en la Seguridad Pública, una de las posibles novedades a incorporar en materia de personal en la futura legislación, y a la que ya he hecho alusión, es la referida a la tradicional reivindicación del sector de que el personal de Seguridad Privada pueda ser considerado, en los supuestos que contemple la nueva norma, como ‘agentes de la autoridad’, condición que perdieron con la Ley de 1992 y que, por razones de justicia, considero que resulta necesario replantearse.
- ¿Qué ideas le gustaría transmitir a los representantes de las empresas y trabajadores de la Seguridad Privada en cuanto a la relación que mantendrá con ellos la Comisaría General de Seguridad Ciudadana en esta nueva etapa?
Desde esta Comisaría General y desde el Cuerpo Nacional de Policía en su conjunto, las empresas y los trabajadores de la Seguridad Privada pueden tener la certeza de contar con nuestra consideración y apoyo a su trabajo, así como nuestro reconocimiento y agradecimiento por la valiosa colaboración que permanentemente nos prestan. Como dijo el comisario Esteban Gándara en el acto de presentación de Red Azul, “para crear hay que creer”, y el Cuerpo Nacional de Policía cree en la Seguridad P0rivada española.