21 de junio de 2014

La Torrecica combinará la vigilancia pública con la privada

Entre seis y ocho empleados de empresas de seguridad iniciarán su labor desde mañana

El Centro Penitenciario de Albacete combinará la vigilancia pública con la privada a partir de mañana domingo. Así lo confirmaba el  secretario general de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en Albacete, Agustín Clemente. «Creemos que van a entrar un par de elementos por turno, lo que supondrá entre seis y ocho personas para cubrir los tres turnos de mañana, tarde y noche y el resto lo cubrirá la Guardia Civil, como hasta ahora».
Y es que según el representante en Albacete del sindicato de prisiones Acaip, Luis Bayo, estos vigilantes privados se dedicarán a realizar labores de seguridad en la zona exterior de los centros penitenciarios, quedando el interior en manos de los funcionarios de prisiones.

las razones. En el año 2013 se inició un proyecto piloto consistente en la contratación de servicios de apoyo a la seguridad en los centros penitenciarios, que se desarrolló en 21 de los 67 centros penitenciarios existentes. En total se contrataron 56 puestos de trabajo de veinticuatro horas y un puesto de trabajo de doce. Para ello se emplearon 254 vigilantes de seguridad en tareas de vigilancia desde puestos fijos, operadores de circuitos cerrados de televisión y control de accesos. Tras el análisis efectuado de esa experiencia piloto, la conclusión fue la adecuación de ese modelo de seguridad a las necesidades existentes.
Según el Ministerio del Interior, esta medida permitirá optimizar los recursos disponibles y hacer un uso eficiente de los fondos públicos al establecer un reparto de funciones según la competencia, preparación y cualidades del personal, obteniendo un alto grado de seguridad con los medios disponibles.
También facilitará el poder destinar el mayor número posible de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a la realización de funciones exclusivas de ellos, como la custodia de presos y penados fuera de los recintos en hospitales o sedes judiciales, o el traslado de internos.
Y por último, compensará la falta de personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado debido a la disminución de la Oferta Pública de Empleo.

críticas. Tanto para la AUGC como para Acaip, las razones dadas por el Gobierno para «privatizar» la seguridad de las prisiones  no se ajustan a la realidad.
Luis Bayo asegura que de ninguna manera se reducirán costes. «La seguridad privada, en principio, puede salir el doble de cara que la seguridad pública y esto va a debilitar la seguridad de los centros, porque van a llevar a personas que han recibido cursillos de diez horas, con lo que evidentemente no pueden tener la misma preparación de un guardia civil, que está entrenado para esto y es su trabajo y su profesión».
Por todo ello, afirma que la seguridad de las prisiones y concretamente la de La Torrecica, «se va a ver afectada». AUGC coincide con este planteamiento, como comentó Agustín Clemente. «Creemos que saldría mucho más barato convocar nuevas plazas de guardia civil, en lugar de contratar seguridad privada. Nosotros vemos más lógico abrir la oferta pública, que abrir el bolsillo de las empresas de seguridad». En este sentido, Clemente indicó que existe mucho malestar entre los guardias civiles por el presupuesto que se ha asignado para llevar a cabo esta labor. «Lo que ha causado malestar e indignación es el hecho de ver los números en el BOE y ver que hay un presupuesto de más de 33 millones de euros para esta seguridad privada, cuando este es un trabajo que viene realizando desde años la Guardia Civil y la Policía Nacional con una austeridad total y una falta de medios increíbles».
Por su parte, Bayo cree que esta medida lo único que busca es beneficiar a determinadas empresas privadas. «Evidentemente esto es el principio de una privatización de la seguridad de las prisiones. Creemos que el Gobierno puede intentar, por intereses económicos o para favorecer a empresas de seguridad ligadas al PP, privatizar todo lo que puedan y no sé hasta donde pueden llegar».