La obsesión de Santiago Sánchez por los fallos de seguridad le llevó a simular en varias ocasiones el asesinato de los Reyes. Fue juzgado el martes y el fiscal pide para él nueve años de cárcel
De fondo se escuchaba una voz en 'off'. "19 de junio de 2014. Felipe VI acaba de salir proclamado como nuevo Rey de España en el Congreso de los Diputados. Lo que nadie sabe es que un francotirador ha estado observando desde un edificio cercano y ha tenido en su objetivo al nuevo Rey de España. Podría haberlo eliminado en cualquier momento”. En la pantalla del vídeo aparecía el monarca vestido con el uniforme del Ejército de Tierra de gran etiqueta visualizado a través de una mira telescópica. Como si le fueran a disparar. Estaba de pie, en el Rolls Royce descapotable de época reservado por la Casa Real para las ocasiones más importantes. El vehículo bajaba por la carrera de San Jerónimo flanqueado por la Guardia Real a caballo. El Rey saludaba a los ciudadanos que habían acudido a presenciar la primera sucesión real de la democracia.
Segundos antes, las imágenes habían mostrado el título del supuesto reportaje. Sobre un fondo negro aparecía en letras doradas la frase 'El día que pude asesinar a Felipe VI' acompañada de la silueta de un fusil de asalto AK-47, conocido comúnmente como Kalashnikov. Su autor, Santiago Sánchez Ramírez, fue juzgado el pasado martes en la Audiencia Nacional.
En un principio se le acusó de una de las infracciones más graves del Código Penal, provocación al homicidio del Rey, y también de enaltecimiento del terrorismo. Pero, finalmente, solo responderá por un delito de depósito de armas y municiones de guerra y otro de tenencia de armas de fuego. El fiscal pide para él una pena de prisión de nueve años. Él asegura que pudo matar 12 veces a Juan Carlos I y seis a Felipe VI.
Más de 300 asesinatos simulados
Sánchez Ramírez niega las acusaciones y asegura que grabó las imágenes para demostrar los fallos de seguridad que se produjeron en un día tan relevante. “He hecho más de 300 simulacros de asesinato siempre con ese objetivo”, asegura a este diario, que lo entrevistó este jueves en Torrejón de Velasco (Madrid), el municipio en el que reside. “Salí de mi casa el día antes, el 18 de junio. Llegué al hotel como una persona normal y corriente. Como Pedro por su casa. Reservé una habitación que daba al Congreso en la que sabía que tendría ángulo [de tiro] y la pagué en efectivo”, añade el acusado. “Las armas las llevaba en una maleta. Eran completamente reales. Y pasé con ellas por todos los controles policiales, solo tuve que enseñar mi DNI y decir que iba al hotel. Ya está. Nadie me dijo nada. Estuve allí toda la noche y todo el día. Y nadie me dijo nada”.