6 de marzo de 2016

Un auxiliar de seguridad del Arena dice que notó que “iba a morir gente”

Un trabajador de Kontrol 34 admite por primera vez en el juicio la existencia de un sistema de comunicación interno entre los responsables de la vigilancia del recinto
Un auxiliar de Kontrol 34 reconoció en el juicio del Madrid Arena que momentos antes de la avalancha mortal que se produjo en uno de los vomitorios del recinto municipal recibió dos avisos por el pinganillo acerca del exceso de gente en la pista, manifestando al tribunal que notó que iba a pasar algo grave.
“Noté que iba a pasar algo, que iba a morir gente incluso. Estaba lleno. Se me venían encima y tuve que poner una valla”, aseguró este testigo durante su declaración en la sesión celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Madrid.
Se trata de la primera vez que un empleado de Kontrol 34 reconoce que había un sistema de comunicación interno. A través de los pinganillos, varios empleados acudieron al túnel mortal y ayudaron a socorrer a las víctimas.
El testigo explicó que al inicio de la fiesta se les dio a todos un pinganillo y un chaleco amarillo. Pese a manifestar al principio que era controlador de acceso, más tarde aclaró que estaba como auxiliar a preguntas del abogado de Kontrol 34.
“A partir de las dos y media o tres la sala estaba desbordada. Dos veces me dijeron que fuera a echar una mano porque parecía que eso no era normal”, recalcó. Así, relató que los compañeros comentaban por el sistema de comunicación interno que la situación no era normal y que podría incluso llegar a pasar algo por el exceso de aforo. “Se les estaba yendo de las manos”, aseguró.
Al igual que otro de los auxiliares que declaró poco antes, este testigo manifestó que sabía que había enfermería, pero no dónde porque la organización no les informó de este extremo durante la reunión que se celebró antes de la fiesta donde recibieron las instrucciones. Además, relató que si pasaba alguna emergencia debían avisar a los vigilantes uniformados, personal de la empresa privada Seguriber, ya que tampoco sabían quiénes eran los responsables de seguridad del evento. Y desconocían, igualmente, dónde se encontraban las salidas de emergencia del pabellón.
Otro de los auxiliares comentó que les dijeron que los vigilantes de Seguriber eran los responsables de la seguridad en la sala. Las acusaciones particulares quieren demostrar en el juicio que el personal de Kontrol 34 se dedicó a labores más allá que las de auxiliares controladores de acceso, ya que en el momento de la avalancha muchos de ellos pudieron ayudar a la gente porque estaba en el interior.
Este testigo aseguró haber ayudado a varios de los asistentes de la fiesta que llevaban a una chica desmayada. La cogieron y la llevaron al exterior del recinto, donde se encontraba la ambulancia del Samur.
Tras concluir la sesión, la abogada María José Siñeriz, que representa a la familia de Cristina Arce, destacó que había quedado claro que las comunicaciones internas eran entre el personal de Kontrol 34 y Diviertt, y no de los vigilantes de Seguriber.
Además, señaló que de la sesión se desprende que no coincide la gente de la lista que aportó al juzgado Miguel Ángel Flores con respecto a los que trabajaron esa noche en la fiesta del Arena.