Guillermo Soto, secretario general del sindicato de SIVIPPER (Sindicato de Vigilancia de la Provincia de Entre Ríos) denunció a DIARIOJUNIO que un delegado gremial no pudo ingresar ayer a su lugar de trabajo en el hipermercado Carrefour. “Lo que dice la empresa Securitas (empresa de vigilancia contratada por la multinacional) es que el gerente no le permite la entrada por ser delegado gremial con la amenaza de levantar todo el servicio y dejar afuera a 24 vigiladores”, indicó. El delegado, Juan Ramón Minata, aseguró que acudirá a la Justicia para ser reincorporado. Además sostuvo, entre otros reclamos, que la empresa no abona los fines de semana las horas doble tal como está estipulado por convenio.
Minata, quien trabaja desde hace doce años en Securitas y cuatro en el Carrefour, fue enviado a trabajar al Banco Francés. No obstante, Soto destacó que el delegado fue elegido para representar a sus compañeros en esa empresa. En total, en la firma trabajan 25 empleados de Securitas que cubren con horarios rotativos las 24 horas del día.
“La empresa dice que ya tomó la decisión y que no le importan los costos. O sea que no respetan la ley de Asociaciones Sindicales, el artículo 14° bis de la Constitución Nacional, los tratados internacionales y tampoco la recomendación de la Corte Suprema que habla de libertad sindical. El fue elegido como delegado y no lo pueden mover”, dijo el secretario general.
Por ende, dijo que van a ir hasta las últimas consecuencias para que la empresa de marcha atrás y lo reincorpore. “Estamos cuestionando la actuación de Securitas que piensan que con dinero se puede arreglar todo. ‘Le pago y se va’ y creo que no es así. El que decide es un juez”, expresó.
El delegado dijo que la comunicación fue verbal dado que no hay nada por escrito. Nunca antes de ser elegido delegado el año pasado había tenido inconvenientes. Luego comenzaron los problemas. Por ejemplo, se encontraban con que le trababan diversas cuestiones. Una de ellas era fue un inconveniente de salud que padeció un hijo que lo llevó a estar internado en el hospital Garrahan. Una vez que le dieron de alta debía volver para realizarse controles dos días al mes. “Para pedirles esos dos días tenía que andar con el sindicato haciendo notas porque no me querían dar ese permiso”, dijo. Sólo Minata podía ir dado que su esposa estaba embarazada y hace poco tuvo familia. Soto dijo que Carrefour tiene reemplazantes para esos casos y no les perjudica para nada ese tipo de licencias.
Minata sostuvo que en Carrefour hay varios reclamos que no son atendidos. Uno de ellos, el más importante, es la falta de reconocimiento de las horas al 100 % los fines de semana. Por ley, desde el sábado desde las 13 hasta el domingo a las 24 debe pagar el doble las horas extras. En consecuencia, una hora de trabajo durante la semana es remunerada con $ 37 y los fines de semana $ 74. Pero se abona el mismo monto. Por ende, cada trabajador que trabaja 16 horas por fin de semana pierde $ 592. Multiplicado por cuatro esa cifra equivale a más de $ 2.300 mensuales.
Además por convenio colectivo se establecieron 200 horas mensuales pero en realidad trabajan entre 20 y 216 horas. “Estamos trabajando horas de más que no nos pagan”, dijo. De la misma forma, hay una suma no remunerativa mensual de $ 3.000 en concepto de viáticos por presentismo que es descontado automáticamente por ausentarse aunque se trate de una enfermedad o de vacaciones. Los reclamos siguen. El cobro de una credencial, la falta de reconocimiento del costo del transporte de quienes acuden a trabajar.
Soto dijo que no es el primer caso que sucede en el Carrefour dado que anteriormente sucedió algo similar. El SIVIPPER no cuenta con personería gremial. Eso le impide sentarse en paritarias para poder discutir las remuneraciones o las condiciones de trabajo. Si bien lo vienen tramitando, ven que no avanza demasiado debido a la burocracia en el ministerio de Trabajo.