El magistrado Salvador Alba y el empresario Miguel Ángel Ramíurez presentan para avalar su posición en el caso Albagate sendas periciales sobre la grabación controvertida, diametralmente opuestas.
La del magistrado Alba afirma que la grabación realizada por el empresario de Seguridad Integral Canaria fue manipulada y corresponde a distintas conversaciones en momentos diferentes. La de Ramírez asevera que se trata de una única grabación sólo cortada en un momento -como advierte la transcripción, Ramírez paró su dispositivo cuando entró por unos momentos en el despacho de Alba el presidente de la Audiencia de Las Palmas Emilio Moya-.
Los dos peritajes "forenses" -los laboratorios privados utilizan el término forense con fines comerciales, pero lo cierto es que no tienen el carácter oficial de que se reviste- serán estudiados por la magistrada que investiga el caso en el TSJC, Margarita Varona, que con toda probabilidad pedirá un tercer análisis, éste a un órgano imparcial de la administración de Justicia. Nos obstante es preciso señalar que el peritaje de Alba no analiza la grabación original, sino los extractos publicados por un medio de comunicación en Youtube, mientras que el estudio de Ramírez está realizado sobre la grabación original.
Es práctica habitual que las partes implicadas en un litigio presenten informes científicos que avalan sus tesis, pero la última palabra la tiene el órgano judicial al que se dirigen.