Ochocientos kilómetros desde Roncesvalles para un grupo de peregrinos heroicos con diversidad funcional
Las imágenes de largas colas para acceder a la Puerta Santa de la Catedral son habituales en los últimos días. Casi todos lo llevan con resignación cristiana, pero alguno no tiene la paciencia o la educación necesaria para aguardar su turno, como sucedió en la tarde del sábado. Un vigilante de seguridad resultó agredido, según relataron testigos del hecho, por un hombre que intentó colarse y no aguardar su turno. Finalmente, y aunque se dio aviso a la Policía Nacional, el individuo se escapó antes del lugar en compañía de una mujer, de nacionalidad extranjera.
Por otra parte, ayer concluyeron su particular Camino un grupo de peregrinos con diversidad funcional, que demostraron su afán de superación tras recorrer 800 kilómetros desde Roncesvalles. Formaban parte del proyecto Discamino, y venían acompañados por voluntarios que les ayudaron a hacer realidad esta iniciativa.