La 'startup' Counter-Craft logra un millón de euros de Orza, Wayra-Telefónica y Adara Ventures
La firma, que nació en 2015 de la mano de tres emprendedores, ha sido galardonada con el premio Toribio Echevarría a la mejor empresa
Es digno de la mejor película de espías y hackers. El argumento sería el de un equipo de tres personas (un técnico, un experto en marketing y un enlace entre ambos mundos) que planta cara y confunde a los malos, que intentan a toda costa robar y secuestrar archivos, cuentas y datos. La cosa es que esta gente existe. Fernando Braquehais es el Ingeniero de Software, Dan Brett es el Chief Marketing Officer (CMO) y David Barroso es el Consejero Delegado (CEO) de Counter-Craft, una empresa afincada en lo más recóndito del parque tecnológico de Miramón, dedicada a la ciberseguridad. Esta 'startup' tiene en nómina a nada menos que ocho trabajadores, y este verano ha contratado a dos becarios. En resumen, un proyecto con visión magnánima que trabaja en una solución innovadora para obtener información sobre los asaltantes, en lugar de limitarse a evitar que estos entren.
David, Dan y Fernando se conocieron en la empresa de ciberseguridad donostiarra S21sec, y aunque cada cual siguió su propio camino, en septiembre de 2015 decidieron unir esfuerzos para sacar adelante una iniciativa pionera en España por el método que utiliza para proteger a compañías del ataque de piratas informáticos. «Al principio siempre da un poco de miedo saltar a la piscina», explica David Barroso, «pero la ilusión pudo más y, en nuestro corto recurrido, el resultado ha merecido la pena». Con menos de un año de vida, esta 'startup' ya tiene clientes de la lista Fortune 2000, así como algunas firmas del Ibex 35. El impulso de BIC Gipuzkoa, que facilitó la oficina en la que trabajan y permitió los primeros contratos, y la ayuda Ekintzaile de Spri permitieron su despegue en ámbito local... pero, en palabras de Barroso, «Counter-Craft nació con vocación internacional». «De hecho, uno de nuestros objetivos es abrir una oficina en Londres, si el 'Brexit' lo permite, en Amsterdam o en Berlín», confiesa. La tecnología que están ofreciendo desde la empresa donostiarra es aún casi desconocida en Europa -la mayor parte de las entidades desarrolladoras son estadounidenses o israelíes-, así que el objetivo es el mercado de América. «También planeamos poder tener en un par de años 80 empleados a lo largo y ancho del globo».