Treball comparte la crítica de las patronales a la exigencia de un sistema de control horario en pymes
El alargamiento de la jornada laboral es algo que forma parte del ADN de algunos sectores. Los inspectores de trabajo de toda España han iniciado en las últimas semanas una campaña especial centrada en las empresas de hasta 50 trabajadores en esos sectores. El objetivo es cazar un fraude que se sospecha que ha crecido desde hace unos años con el auge del contrato a tiempo parcial y que consiste en saltarse los máximos permitidos y, además, no pagar esas horas extraordinarias que se trabajan de forma sistemática. El fraude afectó en el segundo trimestre a casi 400.000 trabajadores que alargaron su jornada una media de 8,6 horas a la semana sin ver ni un céntimo ni un día libre a cambio.
De los 738.100 empleados que trabajaron horas extras entre los meses de abril y junio de este año, unos 400.000 lo hicieron en negro, según los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA), y de ellos 385.500 únicamente trabajaron horas extras no declaradas y no retribuidas y 47.500 hicieron algunas en regla y otras no.
Los trabajadores más afectados por el fraude laboral tuvieron que alargar su jornada hasta 11,5 horas no abonadas a la semana. Se trata de empleados de hostelería, transporte y agricultura, según la EPA. A continuación figuran construcción (9,4 horas de media), banca y seguros y sanidad (8,9) y la propia Administración (8,8). Sin embargo, los sectores en los que las horas extras en negro tiene un peso más elevado son el comercio, donde afectan a alrededor de un 13% de los asalariados, actividades financieras (11%) e industria manufacturera (11), según un informe del sindicato. El sindicato destaca que "la evolución de las horas extra no pagadas muestra un aumento de la explotación laboral durante la crisis, que se ha consolidado en el inicio de la recuperación económica".
La llegada de los inspectores a las pymes ha provocado las críticas de las
patronales por el aumento de costes y burocracia
La llegada de los inspectores de Trabajo a las pymes, después de que el Ministerio de Empleo endureciera el protocolo que aplica recogiendo la nueva jurisprudencia de la Audiencia Nacional, ha provocado las críticas de las patronales Cecot y Pimec, que denuncian que la exigencia de un sistema de control de jornada añadirá costes y burocracia. El secretario general de Treball, Josep Ginesta, comparte esta crítica de los empresarios, a los que ha comunicado la elaboración de una "guía práctica" para cumplir con la nueva regulación del control de las horas extras.
Sin embargo, Ginesta ha advertido de que la inspección laboral sigue adelante con sus campañas, que prevén más de 500 actuaciones en julio y agosto en Catalunya. "Los derechos laborales -ha indicado- no se van de vacaciones en verano, mantendremos una actuación decidida de la inspección". El alto cargo de la autoridad laboral admite la existencia de casos flagrantes que van más allá de la regla del 20/40/60. "Hay empresas que hacen un contrato de 20 horas semanales, aunque pagan 40 y el trabajador hace 60 en realidad", explica como ejemplo del fraude que persiguen los inspectores.