Un directivo de la antigua Serramar y un trabajador de esa firma de seguridad privada acaban de ser absueltos por la Audiencia de Lugo de los delitos de falsedad y estafa procesal que les atribuía otra empresa de ese mismo sector. La sentencia sostiene que no hay ningún indicio de que se produjese ninguno de esos dos delitos.
El caso se abrió a raíz de una denuncia presentada por Compañía de Protección y Vigilancia Galaica después de que esta empresa se hiciese en el 2008 con el contrato de vigilancia conjunto de las canteras de pizarra de Pacios da Serra, en el término municipal de Quiroga. Hasta ese momento, de la vigilancia de esta zona de canteras en la que se emplean explosivos se encargaba la monfortina Serramar, que tenía como directivo a Carlos Somoza y como destinado en ese destino a un trabajador. La empresa que se hizo cargo del contrato tuvo que incorporar a su plantilla a ese empleado, pero posteriormente presentó una denuncia contra Somoza y contra él. Los acusaba de falsedad y estafa porque Serramar había enviado al Inem una copia de un contrato con este hombre con la misma fecha de su incorporación a las canteras de pizarra en el que, sin embargo, constaba que su trabajo era la vigilancia de la presa de Vilasouto.
La acusación particular, ejercida por la empresa Compañía de Protección y Vigilancia Galaica, pedía para cada uno de ellos seis años de prisión, seis por falsedad y otros tantos por estafa. La Fiscalía también solicitaba condena, pero solo por falsedad y con una condena de dos años para cada uno.
Sin embargo, el tribunal lucense da por buenas las tesis de la defensa, que presentó testigos que confirmaron que el trabajador denunciado desarrollaba toda su jornada laboral en la vigilancia de las minas de pizarra a cielo abierto situadas en la parroquia Pacios da Serra. Los jueces que suscriben la sentencia admiten que está sin explicar convenientemente por qué la empresa hizo constar ante el Inem que el denunciado trabajaría en Vilasouto, pero subrayan que no ha quedado en absoluto probado que en su actitud y la de Carlos Somoza haya habido ninguna irregularidad penal.
Tras su etapa en Serramar, Carlos Somoza puso en marcha una nueva empresa de seguridad, Alcor, que también tiene su sede en Monforte y con la que sigue trabajando en la actualidad.