No se terminan de creer aún en la agrupación socialista de San Javier que se les haya perdido su hombre para todo, quien durante décadas centró la intendencia del PSOE local. Con su barba negra que de tan extemporánea terminó de nuevo a la última moda, Manuel Leal Manzanera era conocido a lo largo y ancho de la localidad por su dedicación política. «Hemos perdido a un compañero trabajador, servicial y cien por cien del partido, pero además a un hombre sencillo y humilde, totalmente opuesto a la violencia», explicó ayer el secretario general de la agrupación local del PSOE, José Ángel Noguera.
A nadie le extrañó que la alcaldesa Pepa García, en el primer Gobierno socialista de la historia de San Javier, encomendara a este funcionario del Estado, con más constancia de hormiga que relumbrón público, algunas responsabilidades delicadas, como dirigir la Policía Local, a la que logró imponer un uniforme veraniego de pantalón corto para patrullar las playas en contra del gusto de los agentes.
Como concejal de Seguridad Ciudadana vivió sus noches de verano a la sombra del auditorio, sin focos ni asiento de honor, a pie de calle junto a las patrullas. Según Noguera, como edil de Nuevas Tecnologías «toda la modernización informática del Ayuntamiento vino de su mano, consiguió invertir más de 400.000 euros». Además, se ocupó de la gestión de las sanciones y de los centros cívicos en una legislatura más que complicada, con su Gobierno en minoría frente a una oposición empoderada. A pesar de las dificultades, logró construir el centro cívico de Pozo Aledo. El secretario general socialista recordaba «la bondad de Manolo» y zanjaba que «estamos todos consternados, nos parece inaudito que haya perdido la vida en un hecho más propio de la España profunda».
Padre de dos hijos, a sus 57 años se ganaba la vida como vigilante de seguridad de la Comunidad Autónoma. Actualmente trabajaba en la sede de la Consejería de Hacienda. Uno de sus compañeros, Paco Illán, se mostraba ayer desolado en el tanatorio de San Javier: «Era como un hermano para mí; lo conozco hace cuarenta años». El entierro, previsto hoy, a las 10.30 horas, en el tanatorio de San Javier, se espera multitudinario. «Si tuviese que decir algo de Manuel diría que era muy luchador y siempre estaba dispuesto a ayudar a quien lo necesitase».
Paco no podía evitar cargar contra el supuesto homicida: «Esos terrenos eran de los suegros de Manuel y se los habían cedido a ese hombre, pero él pensaba que era el dueño y lo sometía a un acoso permanente».