31 de marzo de 2017

Los vigilantes de edificios públicos, preparados para la lucha contra la yihad

Personal de seguridad del Ayuntamiento, la EMA, el Patronato y el Jardín Botánico recibe formación ante posibles atentados terroristas
El nivel 4 de alerta terrorista en el que se encuentra España desde hace un año y medio obliga a extremar la vigilancia y las precauciones no solo a las fuerzas de seguridad, sino también al personal de seguridad privada de edificios e instituciones que puedan ser objetivo de los extremistas islámicos. Por ese motivo, ayer los vigilantes del Ayuntamiento, el Jardín Botánico Atlántico, la Empresa Municipal de Aguas (EMA), la Empresa de la Vivienda y el Patronato Deportivo Municipal, entre otras entidades públicas, asistieron a una jornada de formación sobre el yihadismo y la posible aportación por parte de la seguridad privada para la lucha contra este fenómeno que azota Europa.
El encargado de impartir el curso a los trabajadores de la empresa GEP Seguridad fue el criminólogo y director de seguridad Raúl Cienfuegos, quien trasladó a los asistentes como directriz principal la necesidad de cooperar con la Policía Nacional y la Guardia Civil sobre cualquier elemento y persona sospechosa que puedan detectar en sus lugares de trabajo. «Somos los ojos de las fuerzas de seguridad en la calle; nadie mejor que los vigilantes conocen los edificios y los lugares en los que desempeñan su trabajo y por eso es fundamental la información que puedan trasladar», apuntó.
«La amenaza es real y hay que estar preparados sin caer en la psicosis», añadió Cienfuegos, quien califica de «muy alto» el nivel de la Policía y la Guardia Civil en la lucha antiterrorista. «Me atrevería a decir que no hay Policía en el mundo más preparada en ese sentido, principalmente por la formación y los conocimientos adquiridos por los muchísimos años de lucha contra el terrorismo de ETA», dice.

«Somos los ojos de las fuerzas de seguridad en la calle, nadie mejor conoce los edificios»
«La amenaza es real y hay que estar preparados, pero sin caer en la psicosis»

Brigadas de Información
La labor principal del vigilante de seguridad es «avisar a las brigadas de Información» sobre cualquier sospecha que pueda tener y de forma inmediata poner a salvo a las personas que haya dentro del edificio o la instalación que tengan a su cargo. El resto es competencia de las fuerzas de seguridad, aunque «los conocimientos del personal de seguridad privada suelen ser muy importantes para el operativo policial, para conocer la distribución de la edificación o el funcionamiento», explicó Raúl Cienfuegos.
A juicio de este criminólogo, «la seguridad privada en España necesita aún mucha especialización» y aboga por potenciar la fluidez de comunicación con las comisarías y las comandancias de la Guardia Civil. «Debe haber más formación tanto teórica como práctica y se debería tener más en cuenta la labor del vigilante, que al final es el profesional que siempre está en la calle y en las instalaciones consideradas críticas que pueden ser objetivo de los terroristas, como centrales térmicas, depósitos de combustible, puertos, aeropuertos...», abunda.
Gijón no es ajena al yihadismo. La ciudad tiene un «riesgo relativo» de sufrir un atentado islamista. Ocupa el puesto catorce en el ránking elaborado por el Ministerio de Interior que clasifica los municipios por los índices de probabilidad de sufrir un ataque de extremistas. En octubre fue detenido en La Calzada un presunto miembro del Daesh dedicado a la captación que tenía previsto convertirse en muyahidín.