La delegación olímpica española contratará por primera vez en unos Juegos un cuerpo de seguridad privada para evitar cualquier contratiempo durante su estancia en Río de Janeiro.
Distintos agentes de la empresa española Prosegur, con filial en Brasil, reforzarán las 24 horas del día la protección de los españoles en los cuatro hoteles por los que estará repartida la expedición, y desplegarán un dispositivo especial en la Casa de España, que estará ubicada en una zona próxima al Jardín Botánico de Río, al norte de la ciudad y que pretende ser el punto de encuentro de personalidades.
No se incorporarán más efectivos en torno al equipo olímpico que pernoctará en la Villa, pues ya estará lo suficientemente protegido por el dispositivo especial de seguridad, en el que se contará con 85.000 efectivos.
Hasta la fecha, las expediciones españolas no habían tenido nunca protección especial, salvo los agentes de la Casa Real de incógnito, que acudieron en las ediciones de Seúl 1988, Barcelona1992, Atlanta'96 y Sidney 2000, por la presencia de la Infanta Elena, el actual Rey Felipe VI e Iñaki Urdangarín y que eran parte de la Guardia Real.
El refuerzo en la seguridad se debe principalmente al temor a la delincuencia urbana más que a posibles ataques relacionados con la espiral de terrorismo yihadista que vive el planeta en esta era.