Los vigilantes lo encerraron en un habitación pequeña con la puerta cerrada tras maltratarlo física y verbalmente
Dos vigilantes de Renfe acaban de ser condenados por retener de forma ilegal y agredir a un viajero el 22 de noviembre en 2005 cuando hacía el trayecto entre Barcelona y Girona, donde iba a hacer unas gestiones en la Audiencia Provincial. El revisor del convoy también ha quedado condenado por un delito de coacciones.
La víctima es el abogado Xavier Asensio Castro a quien, según ha podido quedar probado, antes de llegar a la estación de Caldes de Malavella, el revisor Roberto GA le pidió por segunda vez el billete. El hombre se negó porque consideraba que era «discriminatorio e injustificado». A partir de aquí, el revisor alertó a los vigilantes de seguridad del tren y acudieron Alberto LG y Jorge RM
Le requirieron de nuevo el billete pero en negarse comenzó una discusión verbal. Después, el vigilante Jorge le dio un empujón y la víctima cayó contra los asientos. Además, la sentencia relata que está probado que se le pusieron encima -como han ratificado los testigos-. El viajero, para evitar que fuera todo además, mostró el billete pero no sirvió, porque lo quisieron hacer bajar en la estación de Caldes. El revisor y los vigilantes, sin embargo, decidieron continuar el trayecto hasta Girona para que los demás pasajeros del vagón defendieron la víctima. Revisor y vigilantes alertaron a la Policía Municipal de Girona para que identificara el pasajero.
Cuando llegaron a la ciudad, la víctima salió corriendo del vagón pero los dos vigilantes le retuvieron. Y lo llevaron a una habitación pequeña de los servicios de limpieza. Le tuvieron «unos diez minutos con la puerta cerrada y contra su voluntad».
El juez asegura que los dos vigilantes «maltratar física y verbalmente» Asensio. Le dirigieron expresiones del tipo «hijo de puta» o «deberías haberte enfrentado con nosotros como un hombre y no pedir ayuda a la gente como un 'marica'». También destaca que lo golpearon.
Durante el suceso, los viajeros del convoy vieron los hechos y en el juicio oral, contaron lo que había sucedido, dando la razón a la víctima. De hecho, fueron los usuarios del tren que se concentraron frente a la habitación donde se le detuvo ilegalmente. La vigilante de la estación también estaba fuera pero el juez le ha absuelto al considerar que ella no sabía qué pasó el tren.
Los testigos de los hechos destacaron durante el juicio, como explica el juez en la sentencia, que desde dentro de la habitación «se sentían gritos» y que la víctima cuando salió lo hizo «llorando, con el pelo alterados y diciendo que le habían pegado ». Una testigo destacó que el abogado tenía «rojos». El magistrado concluye la existencia de «lesiones leves consistentes en erosiones y contusiones en la región del esternón y el dorso de la mano izquierda y contusiones varias».
Imágenes borradas
Para poder aclarar los hechos, el juez pidió imágenes de las cámaras de seguridad de la estación de tren de Girona pero asegura que Adif les indicó que «habían sido borradas». Un hecho que según el magistrado "no puede dejar de considerar la existencia de mala fe" por parte de la compañía, con respecto a las gestiones a realizar para conservar y facilitar las imágenes. También insiste en que cuando llegó la Policía Municipal al lugar de los hechos, se liberó al abogado. Pero destaca que «no consta ningún informe ni minuta» de los hechos por parte de los agentes.
La sentencia no es firme y los acusados pueden interponer un recurso de apelación en diez días.