La madrugada del sábado al domingo un joven protagonizó una brutal paliza, con patadas y puñetazos, contra un vigilante de seguridad de la estación de autobuses de Oviedo que le recriminó que cruzase una cintas que marcaban la zona de dársenas reservada para los autobuses. El agresor huyó y fue detenido por la Policía Nacional, en las inmediaciones de la términal. El juicio rápido por este caso ha tenido lugar apenas 24 horas después y nos echamos las manos a la cabeza por la ridícula pena que se le ha impuesto. Apenas 120 euros, a razón de cuatro euros a día durante un mes